Por: Daniel Gaviria Vélez
.
Eco y sombra, total patria. La juventud fantasma. Ciudad sin sombra de verde y plata, ladrillo a ladrillo se atrapa en cuadros el círculo del cielo y las estrellas enfiladas.
Recuerdo la luz naranja y la calle empedrada. Oliverio oscurece corazones sorteando lodazales, la lluvia pinta agua sobre nosotros y nosotros hacemos horizontes entre edificios flacos y botellas con tintes de vino. Noche y fortuna.
Elige un parque, cualquiera, sin temor a su continuidad, deja a la Maga volar como aquellas estrellas allá arriba, que se enlistan y surcan la oscuridad, así dejan rastro las palabras, el ritmo marcado de tu acento, el acento sincrónico de tu beso, que guarda la posición de la lengua por encima del mundo, y la posa suave y delgada sobre su par, y los labios, finitos, que se ofrecen a un país fugaz, mi patria errante, que cargo, y te beso con mi patria, que no es lugar sino camino. Habitantes: mi sombra y vos, que ya no estás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario