20 mar 2014

CARNE

Serie: Cuerpo 
Por: Hebert Rodríguez García


Lo agarró, como se agarra un pollo del pescuezo. Le sacudió el gañote, le retorció la nuca. Agitó su cuerpo firme con exceso. Quería arrancárselo. Se detuvo a contemplar el cuerpo tibio entre sus manos, luego, se lo llevó a la boca. Succionó de la cabeza; le mordía con saña. Le complacía el sabor salino de su piel. Impaciente, lo introdujo de nuevo y con un jalón de dientes, le arrancó la cabeza. Sintió el fluir cálido caer entre sus labios. El cuerpo, abatido, se echó al suelo.

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